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LA PANDEMIA TAMBIÉN  NOS AISLÓ DE LA RAZÓN

Durante la pandemia se ha visto afectada la salud mental de los santandereanos, incrementando el índice de intentos de suicidio en un 26 % en el departamento, las personas entre 14 a 45 años son las que más intentan quitarse la vida. Estadísticas del Grupo de Epidemiología y Demografía de la Secretaría de Salud de Santander revelan que, durante el 2019, en el departamento, se reportaron 1.195 intentos de suicidio, mientras que en el año 2020 fueron 1.101 y en lo que va de 2021 la cifra de casos ya llegó a 801.

Resulta que los contagios no han sido el único problema en este contexto pandémico, pues el proceso de asimilación a la nueva realidad abrupta y repentina es lento, inicialmente el aislamiento e implementación de cuarentena por el gobierno colombiano alteró la normalidad de las cosas en los hogares de todo el país; el encierro acarreó disfunción familiar, crisis económica y decrecimiento en la capacidad del gasto en el hogar, según el comité de vigilancia epidemiológica, desde un inicio de la crisis ha habido familias que no pueden alimentarse las tres veces del día; por otra parte, cifras desalentadoras del DANE indican que en Bucaramanga, por cada 100 hogares, aproximadamente 46 están en condición de pobreza monetaria y 16 en pobreza extrema monetaria, es decir, sin ingresos mensuales para poder comer, más el pago de servicios públicos y esenciales.

John Alexander Morales Triana, un joven de 31 años, residente de la localidad de Floridablanca Santander, padre cabeza de familia con una hija de 7 años, expresa con nerviosismo y cierta vergüenza en el rostro, que verse afectado económicamente durante el confinamiento fue lo que le hizo perder los estribos. El 25 de junio de 2020 tomó la desesperada decisión de colgarse de una cuerda en el patio de su casa, pero su madre llegó en ese momento y evitó la desgracia.

“Por un momento llegué a perder el sentido de mi vida, me quedé sin trabajo, en la casa empezaron a llegar facturas vencidas, aumentaron las deudas, mi hija y mi esposa dependen de mí y al verme limitado no vi más opciones, llegué a pensar en no querer seguir viviendo más. Una vez que estaba sereno, concluí que algo estaba mal en mí y decidí buscar ayuda psicológica, el apoyo de mi mamá y mi familia ha sido importante”.

El subdirector del hospital psiquiátrico San Camilo de Bucaramanga, Harold Jesús Durán Durán, indica que  durante este año 2021 específicamente, que es el año en el que se han podido contar de manera completa los 12 meses en permanencia de la pandemia a raíz del COVID 19, se data con precisión el aumento considerable en el número de consultas que se realizan en la institución, a corte del tercer trimestre de 2021, el hospital ha generado aproximadamente 29.000 atenciones realizadas entre las sedes de Bucaramanga y Barrancabermeja de pacientes afectados emocionalmente por la crisis sanitaria.

A lo anterior asegura el psicólogo Gerson Tabares, especialista en medicina clínica, que la pandemia fue un detonante para que la salud mental de los santandereanos y colombianos en general, sufriera un gran deterioro y trajera resultados bastantes nefastos.

Dentro de los estudios que ha estado desarrollando junto a varios de sus colegas respecto a las secuelas que trajo el aislamiento y el mismo curso pandémico, Tabares encontró que muchas personas tenían enfermedades de base que estaban latentes y lo que hizo la pandemia fue desarrollarlas y sacar a flor emociones y sentimientos desordenados, producto de la frustración que genera enfrentarse a algo desconocido. Por otra parte, el especialista afirma que existe otro grupo de individuos que, sin tener una enfermedad de base, el mismo confinamiento y contexto de incertidumbre que desarrolló la pandemia, se encargó de generarles trastornos mentales, siendo los más destacados la ansiedad, el trastorno afectivo bipolar y la depresión.

La psiquiatra social, Angélica Natalia Tejeiro Pico, ratifica que los factores puntuales de la pandemia que afectaron y afectan mentalmente a la población son: inicialmente el aislamiento; la falta de trabajo, el cambio en la dinámica laboral y académica mutando de presencial a virtual, y el temor a contagiarse, sus consecuencias son experimentar miedo constante, ansiedad, cuadros depresivos y aceleración de trastornos mentales.

 

El factor más letal, según Tejeiro, tiene que ver con el fallecimiento masivo que se presentó a nivel global y trajo consigo dos variantes:

 

​1. Muchas personas no tuvieron la capacidad de adaptarse a la dificultad que estaban enfrentando y generaron conductas suicidas.

2. Otras quedaron en duelo, en la lucha de resignificar sus pérdidas y con el tiempo encontrar adaptación.​

Del grupo uno hizo parte Eli Pinto Fuentes hombre de 45 años, ex residente de la localidad de Piedecuesta Santander en la zona rural, casado, padre de 3 niñas de 4, 10, y 15 años, creyente trabajador y enseñado a las labores del campo como lo describe su hermano José Daniel Pinto Fuentes, este agrega que a Eli lo afectó el encierro de tal forma que empezó a murmurar que se acercaba el fin del mundo.

Zulay Guerrero, su esposa, menciona que cada día apuntaba en una libreta las cifras actualizadas de los muertos que hubo en el día y que con el pasar de las semanas se le veía más decaído al no poder realizar sus labores como acostumbraba, pero jamás se les pasó por la cabeza a sus familiares que llegaría a tomar la fatal decisión de quitarse la vida por ahorcamiento, Zulay anexa que a pesar de todo él se veía fuerte. 

“Supongo que se sintió encerrado y no aceptó lo que estaba viviendo el mundo, las noticias lo traumatizaron, estoy segura”.

Entonces ¿cómo determinamos que estamos mal mentalmente y podemos llegar a adquirir algún tipo de conducta suicida? El psicólogo Gerson Tabares explica que hay dos tipos de alteraciones: una tiene que ver con lo orgánico, nuestro cuerpo es muy inteligente y siempre tiene una representación de lo que está en nuestro cerebro, podemos sufrir alteración en la respiración y el sueño e inclusive alguna anomalía estomacal; la otra, tiene que ver con la alteración en los estados de ánimo, es un hecho que durante la pandemia nos enfrentemos a situaciones de estrés, angustia e intranquilidad a raíz de la incertidumbre que genera el contexto, pero generar ideas negativas, perder el sentido de la vida e interés de las cosas, la pérdida del placer y preocupaciones excesivas encienden el bombillo de alarma que no podemos dejar pasar.

 

Es importante romper ese estigma de rechazo hacia el tema de la salud mental, más en estos instantes de la vida donde la consulta psiquiátrica y psicológica es tan necesaria para evitar consecuencias fatales como el suicidio, a nivel individual y colectivo, debemos estar pendientes de cuáles son esas señales de riesgo que nos indican cuando algo está pasando en términos mentales y requerimos de ayuda de un profesional

 

A pesar de que ningún sistema de salud estaba capacitado para una pandemia, en la actualidad se están generando estrategias por si llegase a presentarse un devenir más crítico, fue lo que indicó el subdirector del hospital psiquiátrico San Camilo de Bucaramanga.

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Estudiantes:

Daniela Pinto Rojas
Carlos Andrés Espinosa 
Leandro Alfonso Delgado

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